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La frase que compone el título de este post, lo vi por casualidad en Twitter, el texto completo decía así: “¡Que tiempos aquellos!. Los venezolanos eramos felices y no lo sabíamos… ¿O si? Me llamó mucho la atención por la temática que propone, así que con un poco de retoque gramatical me dispuse a titular de esa manera este nuevo rasgapunteo.

He tenido oportunidad de compartir opiniones a diario, sobre el tema del abastecimiento con personas tanto opositoras como afectas al oficialismo, debo quizás reconocer que me ha sido más difícil conversar con los amigos oficialistas, pero de igual manera debo admitir que he hablado con varios de ellos de manera sensata.

La idea que propone el título ya se ha hecho popular en las redes sociales, y de hecho, he tenido oportunidad de escuchar ésta afirmación de varias personas en la calle y de amistades propias; me dispuse entonces a preguntarme ¿Es en realidad cierta esta afirmación, y si es así hasta que punto lo es?.

Hagamos algo de perspectiva, esta idea viene en las redes sociales siempre acompañada y representada con una foto mostrando los anaqueles de supermercado mucho más abastecidos de años anteriores al inicio del proceso “revolucionario” del fallecido ex presidente Hugo Chávez, usualmente mostrando productos que hoy en día son una odisea ubicar; por tanto no es descabellado presumir, que estamos partiendo de la premisa que eramos más felices porque eramos un país mucho más abastecido en alimentos, productos de primera necesidad y demás.


Entonces, si tal afirmación pudiera ser tan cierta, ¿Cómo explicar el fenómeno del Caracazo, por ejemplo? O ¿Cómo explicar la llegada de Hugo Chávez al poder?, el objetivo acá no es poner en duda las nefastas políticas de este gobierno, y su ineptitud en todos los ámbitos de la vida nacional, eso está más que claro, si es mi objetivo analizar las cosas desde un punto de vista realista, procurando que ya es hora de que también pongamos los pies sobre la tierra y aceptemos los fenómenos históricos con sus causas y consecuencias.

La realidad es que si bien los 40 años de democracia, para no utilizar el mal empleado término “cuarta república”, tuvieron grandes avances en vialidad, industrialización, educación con proyectos como la Fundación Ayacucho que permitió a gran cantidad de venezolanos prepararse en el exterior, empresas como el Metro de Caracas fueron modelos para América Latina, etc; también es cierto, que existieron grandes fracasos en políticas de vivienda, déficit en políticas sociales que dejó a una gran cantidad de población invisible y abandonada, el crecimiento acelerado de los barrios en la capital son fenómenos producto de estos años, esa es la realidad, así no nos guste admitirlo y así existan muchas personas opositoras fanáticas queriendo afirmar que todo en los gobiernos de AD y COPEI era color de rosas.

Que se estuviera mejor en aquellos años, que ahora con este gobierno nefasto, no quiere decir que todo era perfecto o que era el modelo que debemos implantar nuevamente en el país, o que todos los venezolanos fueran felices, son cosas totalmente diferentes, ese no puede ser el argumento para las nuevas generaciones en el país, de lo contrario estamos destinados a cometer los mimos errores y a eventualmente crear otro líder mesiánico al estilo del comandante supremo.

El primer paso es aceptar las falencias de un modelo que creo mucho resentimiento social, por una u otras razones pero es así, ese resentimiento es el que está ahora en el poder, esa es una realidad, tal como para un alcohólico el primer paso es aceptar que tiene un problema, el primer paso como sociedad es aceptar que se cometieron muchos errores en los gobiernos anteriores, y que no todo se resuelve con supermercados abastecidos, eso solo es una pequeña parte de una problemática mucho más compleja y profunda.

Es imperativo entender que un país no puede depender de un líder que lo controle todo y prometa soluciones mágicas para surgir, el país lo hacemos todos los ciudadanos, de nada sirve un buen gobernante, si la nación está integrada por malos ciudadanos, el deterioro moral y cultural de Venezuela es un fenómeno que ya venía de años atrás, antes de la llegada de Chávez al poder, que su gobierno lo acelerara es otra historia, pero esa crisis social, económica y cultural ya estaba presente, Chávez solo uso ese fenómeno a su favor diciendo lo que las personas querían escuchar en el momento oportuno

La crisis a nivel social, de valores, económica, cultural, eso no lo resuelve ningún gobierno por más perfecto y preparado que esté, lo resuelven sus ciudadanos, con esfuerzo, educación mucha educación; esto es algo mucho más profundo que un supermercado abastecido, es mucho más complejo que un dólar paralelo, éstos son solo reflejos y consecuencias de las crisis más grande que fue la que llevó al actual gobierno al poder. Es decisivo que la población venezolana comprenda esta realidad, porque sino se cae en la falsa ilusión de creer que cuando la oposición llegue al poder ejecutivo todos los problemas del país se ven a esfumar como por arte de magia, cuando es todo lo contrario, mientras más se evada esta realidad con pañitos calientes aplicados a las consecuencias y no en las profundas causas, la pérdida de valores y de nuestra identidad nacional puede llevar a Venezuela a sitios aún peores.